La sostenibilidad económica en las ONGD

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Sostenibilidad económica

La sostenibilidad económica en las ONGD

En entradas anteriores hemos definido cómo entendemos la sostenibilidad económica en La Tercera Pata y cómo este enfoque puede apoyar a las organizaciones en las diferentes etapas vitales de un proyecto. El objetivo de la entrada de hoy es centrarnos en la realidad de las ONGD que, si bien puede variar enormemente de una a otra, comparten rasgos comunes que permiten una estrategia similar.

Contrariamente a lo que se pudiera pensar inicialmente, la gestión económica en una ONGD puede llegar a ser más compleja que la de una empresa convencional: las peculiaridades de las subvenciones, el nivel de incertidumbre, el tratamiento fiscal específico…  A esto se suma que es habitual que las organizaciones no se consideren a sí mismas unidades económicas, como si hablar de economía implicara contaminarse de capitalismo y participar en algo no coherente con los principios de una búsqueda idealista y ética.

Sin embargo, muchas de las dudas que nos surgen en el día a día y que nos quitan el sueño tienen que ver con la economía: ¿Cuántos proyectos necesitamos para mantener al equipo? ¿Podemos mejorar nuestras condiciones laborales? ¿Y si contratamos a más gente para reducir las jornadas infinitas? ¿Podemos permitirnos la sede en la que estamos o acometer una determinada inversión? ¿Cómo valoramos nuestro trabajo para llegar a un equilibrio sano entre ingresos y volumen de trabajo?

Responder a estas preguntas requiere cambiar la mirada y partir de un análisis sistemático que nos permita entender la situación real de nuestra ONGD. Es posible que los proyectos en marcha se entrelacen entre sí o que determinadas inercias nos impidan tener una visión de conjunto. El enfoque de la sostenibilidad económica nos aporta herramientas concretas para tener mayor claridad y entender cómo se comporta nuestra ONGD en términos económicos: identificar las necesidades de la estructura y cómo se sostiene desde los proyectos, cuantificar el margen de aportación de los proyectos, analizar la dedicación de cada persona…

El nombre de La Tercera Pata nos recuerda que la sostenibilidad económica no debe ser el centro ni el motor de la organización, pero es necesario prestarle atención y ponerla al servicio de nuestros objetivos para poder maximizar el impacto. A continuación mencionamos algunas aplicaciones prácticas de este enfoque:

  • Presupuesto realista y cálculo de escenarios: depender continuamente de convocatorias de subvenciones conlleva una incertidumbre inherente que difícilmente podremos sacar de la ecuación. Sin embargo, tener un presupuesto realista como referencia facilita la detección de desviaciones y nos habilita a tomar decisiones antes de que sea tarde. Igualmente, haber identificado previamente diferentes escenarios nos permite afrontar la resolución de convocatorias con mayor tranquilidad. Sabremos qué ocurrirá en cada uno de ellos y qué tendremos que hacer para afrontarlos. Todo ello reducirá notablemente la incertidumbre y la angustia.
  • Toma de decisiones estratégicas: tener un conocimiento preciso y global de la situación económica de la ONGD facilita la toma de decisiones estratégicas que pueden afectar al rumbo de la organización: desde definir la estrategia de captación de fondos hasta la revisión de condiciones laborales, pasando por la elección de los proyectos en los que centrar la energía. Todo cobra más sentido cuando conocemos el impacto de estas decisiones.
  • Interpretación del balance y la cuenta de resultados: es posible que tras varios años de funcionamiento, año a año se estén presentando las cuentas anuales como una mera formalidad. La contabilidad es árida y no siempre es fácil interpretar lo que nos está mostrando. ¿Cuánto dinero hemos acumulado de colchón en estos años? ¿Tenemos que adelantar dinero a nuestras colaboradoras antes de recibir el cobro de las subvenciones? ¿O tenemos la tesorería saneada? ¿Son suficientes los indirectos que generamos para sostener la estructura? Son muchas las preguntas que podemos responder gracias a la contabilidad sin tener que hacer un máster para ello.
  • Cálculo detallado del trabajo de gestión por proyecto: en función del tipo de subvenciones con la que se trabaje, es posible que una misma persona atienda a varios proyectos y reparta su atención entre tareas de formulación, ejecución y justificación. ¿Conocemos realmente el coste real de personal vinculado a cada proyecto? A través de un análisis de dedicación de tiempos podemos identificar el trabajo que supone cada proyecto y compararlo con su aportación a la organización. Este podrá ser un elemento más a tener en cuenta a la hora de definir la estrategia operativa.

En definitiva, aplicar el enfoque de sostenibilidad económica nos aporta mayor claridad y la posibilidad de tomar decisiones que nos acerquen a hacer compatible un trabajo extremadamente satisfactorio, con unas condiciones dignas que nos permitan disfrutarlo. Es una forma de cuidarnos y cuidar nuestra organización, para estar en condiciones de aportar el máximo a la construcción de una sociedad más justa.

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